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lunes, 3 de mayo de 2010

Los viajes de Gilibert. Tecnocracia 1.0

Entiendo inevitable hacer uso a modo de INTRODUCCIÓN de una breve descripción y reseña histórica de la Tecnocracia. Por lo que sé, surge en EEUU poco después de la Primera Guerra Mundial, impulsada por la necesidad de reconstrucción del país, aunque muy probablemente el origen de esta consecuencia se sitúe en el régimen bolchevique de la Rusia de los años 20, donde el comunismo llevado a uno de sus extremos situó el desarrollo de la nación por encima incluso del individuo mismo (conducta típica de los insectos sociales, por cierto), haciéndose necesaria la existencia de una gerencia para administrar el ingente peso del estado. Aunque se trata de una idea de reciente adquisición desde el punto de vista político, filosóficamente hablando Platón y Grecia ya contaron con un gobierno de sabios, la primera tecnocracia de la humanidad (y sin embargo lleva unida al Homo sapiens sapiens desde los más remoto de su evolución biológica, ya que el desarrollo técnico ha viajado siempre compartiendo asiento con el desarrollo de nuestra inteligencia).

Fue a raíz de los felices años 20, entonces. Las sociedades industrializadas aportaron un cambio en la dinámica de producción de los países, implementando la utilización de un modelo en el que el trabajo estuviese especializado, retirando del mercado a la fabricación tradicional, implicada en todo el proceso, pero menos productiva. Junto con la especialización del trabajo, apareció también la de pensamiento. La ciencia comenzó a serlo allá por el siglo XIX, y la sabiduría hubo que disgregarla en partes para poder ser estudiada (no como en el país de las maravillas de Platón, donde uno podía saber de todo y saber mucho). Así, la existencia de la figura del técnico no sería más que una consecuencia de la evolución de la sociedad, una adaptación de la misma a una nueva necesidad creada (casualmente por ella misma), un experto en ciencias aplicadas del que va a depender a partir de entonces gran parte de las decisiones que sean tomadas.

En 1930, una sociedad llamada Tecnología Inc. le propone a los EEUUAA un proyecto puramente tecnocrático con escasa administración, basado en la aplicación directa de las ciencias físicas al mundo social, reemplazando las clásicas categorías económicas de precio y valor por el concepto de energía.

Resulta de especial interés la asociación que hacemos en España de este término en el entorno del régimen franquista (con minúsculas), puesto que durante esta dictadura se pusieron en práctica (igual que en muchos de los países en vías de desarrollo que campaban por el mundo por aquel entonces) ciertas pautas de lo que la tecnocracia opina.

DEFINICIÓN: En esencia, la tecnocracia (de los vocablos griegos tecnos que viene a hablar de técnica y kratos o fuerza, dominio, poder) teoriza sobre un estado (llamado Tecnato) que siendo dirigido por los expertos en diferentes ramas del gobierno podrían aplicar todos los avances tecnológicos dados en sus respectivos campos. Un sistema que significa literalmente "gobierno de los técnicos" es el gobierno llevado por un técnico o especialista en alguna materia de economía, administración, etcétera; que ejerce su cargo público con tendencia a hallar soluciones apegadas a la técnica o técnicamente eficaces por encima de otras consideraciones ideológicas, políticas o sociales.

JUSTIFICACIÓN: La legitimidad de la intervención de los técnicos radica precisamente en que, éticamente hablando, la técnica no es mala en sí misma porque generalmente consiste en un esfuerzo de racionalidad y eficacia, amén de que estos factores contribuyen, en mayor o menor grado, a la producción de resultados socialmente positivos. Además, la tecnocracia establece límites entre las reinvindicaciones unilaterales de grupos políticos o los arrebatos estridentes de la opinión pública (y las consecuencias políticas que ello conlleva). La ciencia no puede dejar a nadie descontento porque, en primer lugar, es ciencia y se apellida exacta, aunque no lo sea, y, en segundo lugar, tiene por objeto el bien común, no el de unos pocos.

INCONVENIENTES: No sería justo analizar una idea sin hablar de sus errores. Si bien el fin último que persigue la tecnocracia es el desarrollo de la humanidad desde la técnica y la tecnología, se trata de una forma de pensamiento y acción para la cual los derechos políticos y logros sociales suelen verse como obstáculos de la marcha de una sociedad enteramente racional, cayendo entonces del lado del autoritarismo y lo dictatorial.
Además, hoy en día la adquisición de la capacidad de dirigir con base en el saber y la habilidad técnica en régimen democrático constituye no sólo una desviación de sus principios, sino su propia corrupción, porque en democracia participativa el poder emana del sufragio, no de la sabiduría de los técnicos. En principio se supone que no es democrático.
Ni antes ni ahora ha existido un régimen que coincida íntegramente con esta visión, por lo que no existen experiencias previas en las que basarse, sólo teorías y más teorías apenas llevadas a la práctica.
La filosofía, tal y como fue concebida por el consejo de sabios de antes de cristo, Grecia, promulgaba con el amor a la sabiduría. A día de hoy el saber ocupa tanto lugar, que no existe un solo filósofo sobre la tierra. Un técnico no deja de ser una persona que sabe mucho de poco y poco de mucho. Por tanto las decisiones no pueden estar basadas sólo en las decisiones técnicas, aunque sí usarlas de guía. Lo que le falta a la tecnocracia se llama amplitud de miras, sobre todo, hacia un concepto de energía no fundamentado meramente en la física, sino que abarque también la psíquica, buscando el potencial de desarrollo científico, ético y moral más que el propio desarrollo.

Con todo, la aplicación de todas estas ideas, que por cierto no deben ser sólo mías (existe una cosa que se llama lluvia de y que funciona y mucho), a la práctica se supone desarrolla un ideario de partido político. Al margen de la introducción, elaboro esqueleto.
1.- ¿Por qué? Por muchos motivos.
La política está politizada (el despolitizador que la despolitice buen despolitizador será). En la actualidad las decisiones políticas apenas se toman en base a su aporte al desarrollo local, sino a los intereses de quedar en el poder (o acceder a él), conservar o conseguir favores de cara al futuro e, incluso, enriquecerse desde un puesto de poder.
En el caso de tomar decisiones por el bien común, el marco en el que se toman no valora el progreso tecnológico y humanista que nosotros sí consideramos. El dinero no es un fin en sí mismo, sino un instrumento para que la sociedad avance en todos sus rasgos, ya sea en calidad de vida como en igualdad o industria.
Es necesario un método diferente en la toma de decisiones políticas, dejando a un lado la política convencional y burocrática. (La ciencia es el camino, jeje). La tecnocracia aporta un punto de vista nuevo y recomendable, donde las ciencias son el máximo argumento a la hora de decidir por y para el pueblo.
La democracia está condenada a la dictadura de la mayoría, más aún con el sistema de elecciones de esta España, además de a 4 años sin voz ni voto. Hay que luchar por un gobierno participativo, en el que los referendums sean habituales en la administración del pueblo.
Todos los humanos son iguales ante la ley, tienen los mismos derechos y obligaciones y son libres de elegir quien les gobierne. El problema es que la mayoría está contaminada por el capitalismo, el consumismo y el individuo. Todos formamos parte de esto, tenemos que trabajar para lograr el bien común, no una tele grande que te cagas. Necesitamos reeducarnos.
Existe un hueco político en esta ciudad (y en el mundo entero) formado por descontentos de este sistema y clase política. Aunque nuestras elecciones perjudiquen a los partidos minoritarios, somos mayoría los que creemos que se puede dirigir al pueblo de otra forma. Piensa globalmente, actúa localmente. VOTANOOOS!!
La mayoría democrática no abarca el 100% de la población. Es importante esforzarse en llegar a todos los ciudadanos del pueblo y satisfacer sus necesidades e inquietudes. Pa gustos colores, y todo el mundo tiene derecho a verlos.

2.-¿Cómo? Consiguiendo movilizar al pueblo, hacer que se involucre en esta idea. Inevitablemente este movimiento requiere un número de votos indeterminado en las próximas elecciones. ¿Y si todos los que estamos cansados somos mayoría? No existe el voto útil, hay que votar por lo que se siente.
Y hay que continuar andando después de las elecciones. El pueblo es un organismo vivo que no puede estar tumbado a merced del tiempo. Todos los ciudadanos son partícipes de su ciudad, son un pedazo suyo, y es por eso que nos movemos. Buscamos el bien colectivo de nuestro entorno, no el nuestro propio.

3.- ¿Qué? Para empezar vamos a creer en esto. Vamos a ir a votar para demostrar que estamos hartos y decirle al pueblo que queremos construir el futuro de una forma más sostenible con todo lo que nos rodea, con la naturaleza e incluso con nosotros mismos. Después seguiremos con ciencia, ética y moral.
Tenemos la aspiración de obtener el máximo de resultados con un mínimo esfuerzo.
Los resultados que pretendemos no son medidos en términos partidistas, ni nos quedamos sólo con la idea económica. Buscamos el desarrollo de todos los aspectos positivos para la sociedad (económicos, morales, sociales, innovadores, por el empleo, igualitarios, industriales, deportivos, medioambientales, saludables, sostenibles, y un largo etc.).
Siempre que sea posible optaremos por la opción que más potencial de desarrollo le aporte al pueblo. Para eso, las decisiones se tomarán en base a la aplicación directa de las ciencias, la ética y la moral.
Con el apoyo de un equipo interdisciplinar (el llamado consejo de sabios), formado por expertos en diversas ramas del conocimiento, la cultura, la religión o la política, a fin de conocer el mayor número de puntos de vista sobre el tema en cuestión. El consejo tiene que estar abierto a, por lo menos, contemplar, valorar, criticar, mejorar, tirar a la basura, todas las opciones.
Vamos a despolitizar la política, eliminando desde la raíz la burocracia partidista, el favoritismo y el amiguismo, las tonterías que no tienen por objeto el bien del pueblo en su conjunto.
Se potenciarán las Nuevas Tecnologías y el I+D+I, siguiendo criterios técnicos en mayor medida, pero también económicos, sociales, medioambientales, laborales y un largo etc..
Ofreceremos nuevas alternativas de cultura y ocio, dedicadas a abarcar el mayor rango posible, para darle la posibilidad al pueblo de elegir entre una mayor variedad de opciones y llegando a un mayor número de ciudadanos.
En la toma de decisiones gubernamentales se optará, siempre que consideremos oportuno, por preguntarle al pueblo mediante referéndum su opinión al respecto, para que sea partícipe del proceso de elección de alternativas. Mantendremos para ello un proceso continuo de comunicación con los ciudadanos, construyendo un sistema participativo donde puedan ofertar opciones y ser escuchados y representados.
El objetivo principal de la educación es el de formar a los ciudadanos del futuro, técnico cada uno en su especialidad. Han de poder optar al mayor número de opciones posibles para ejercer su trabajo, para poder disfrutar cada día de nuestra profesión, sin olvidar que todos, desde el médico al barrendero, estamos ahí para lo mismo y por lo tanto tenemos el mismo valor. Es importante concienciar al pueblo, sobre todo al más joven, de su papel constructivo para el pueblo y la sociedad en general, así como educar para el respeto, al ser humano y a su propio entorno.

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