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sábado, 17 de marzo de 2012

METODOLOGÍA I. Eculucionando 1

Detrás de todo buen tratado se esconde una gran metodología, máxime sabiendo que la génesis revolucionaria de nuestros días no fue industrial en esencia, sino científica y en ideología, gnoseológica como dirían mis amigos los gnomos, y bien cargada de praxis metodológica.

Es por esto que para ser alguien en la dictadura del conocimiento biblioencadenado que la ciencia nos requiere a fin de hallar contraste para seleccionar grandes verdades, paradigmas, has de saber valerte de gruesos esqueletos prácticos referenciados para ser escuchado. Conflicto para el vaivén de ideas que circula el sistema digno de estudio, como si una mala suerte de selección no natural pusiera coto al universo de posibilidades prácticas de nuestro acervo intelectual, que no es nadie sin la imaginación coartada por los dogmas universitarios y los paradigmas de referencia.
Más adelante tendremos tiempo de volver sobre estos lares, pues método se transformará pronto en objetivo, y éste volverá a justificarse al tiempo que arrojamos resultados, no sin intención, pero más bien condicionado por la propia teoría, que no es lineal, sino multidimensional, en sí también un sistema, dinámico e interconectado.

Pero por ahora, baste decir que el método empleado surge de la primera hipótesis cero lanzada, y éstos ya como conjunto se derivarán en nuevas ceros y en la transformación del método y sus correspondientes relaciones. Conviene por tanto comenzar por la hipótesis como marco y encontrarnos:
- La ARBORESCIENCIA2 como motor hipotético, que nace del pensamiento arborescente observado en algunos sujetos estudiados, con mi método y con el políticamente correcto, a saber, niños, sobredotados, filósofos, pensadores, descontextualizados, políticos, locos y drogados, así como en mí mismo, en alguno que otro de los anteriores estados. Dicho pensamiento arbóreo, que en adelante debería ser estudiado acorde al empleo de la misma figuración ramificada en otras expresiones humanas, como las del refranero, que no dejan de ser una fuente inagotable de conocimiento desprestigiado por las élites intelectuales, otorga a la investigación científica una serie de desdichas y ventajas, pero en ambos casos originados en virtud del mismo proceso: el análisis de la realidad desde un punto de vista diferente al institucionalizado, no dotado con la varita mágica de la biblioreferencia y el conocimiento de las reglas particulares que por lo general construyen y constriñen el saber especializado, pero magnificadas cual progresión geométrica por la ausencia de los límites inherentes a dichos sistemas paradigmáticos. Simplificando entonces, vivimos en un mundo cuántico e indeterminado, nada de lo que parece tiene por qué ser cierto, la verdad a modo de conocimiento, de existir, puede estar en cualquier lado. La arboresciencia no deja de ser otra vuelta de tuerca a lo observado con la intención de aprovechar las potencialidades del método (crecimiento exponencial de teorías y flexibilidad de límites gnoseológicos) descartando en la medida de lo posible las desventajas implícitas en el mismo con un enfoque multidisciplinar y la reducción a lo absurdo, en este caso, a los principios epistemológicos de la disciplina.

-  Lo cual se halla fundado en la teoría jerárquica de la toma de decisiones conscientes en los humanos (en algún momento Punset y sus amigos tuvieron que decirnos algo) que refleja la triada instinto-reflexión-instinto como cascada estructural encargada. En otras palabras vendría a decir que para decidir, nuestro sistema nervioso recurre en primera instancia a la médula ósea instintiva, no vaya a ser que el estímulo requiera una respuesta rápida y salve el pellejo por reflejos y por cabellera. Sin embargo, cuando el tiempo acaecido entre estímulo y respuesta (y siempre según qué estímulo y qué atención le estemos prestando, que todo el mundo puede respirar sin ser consciente de estar gerundeando3) es lo suficientemente extenso, el sistema nervioso central será el encargado de reanalizar la situación, previo informe del subordinado inconsciente. Y cuando parece que por fin va a tener lugar la respuesta ansiada, resulta que de nuevo el instinto hace de filtro sobre la información pensada por ese superyó tan antropocéntrico que poseemos. REDUCTIO AD ABSURDUM, amén de simplificar el objeto de estudio, se rige por la misma triada jerarquizada: primero se parte de los principios, después a uno le da por lo abstracto y se especializa en el conocimiento, y por último vuelve a los principios para seguir investigando. Asumamos como segunda hipótesis cero que existe una lógica convergente entre los mecanismos de toma de decisión psicológicamente estudiados y los metodológicamente empleados para la toma de decisiones científicas.


Por último, si la CONVERGENCIA ADAPTATIVA DE IDEAS existe, cosa que mi propio empirismo sostiene, aunque en mi persona parezca que ronde los 40 años de retraso convergente, pues la mayoría significativa de los casos estudiados son contemporáneos de esa década del siglo XX, para ser demostrable institucionalmente requiere método y constancia, y de ambas adolezco, por no hablar de la bajada de pantalones que me supone hacerme valer entre las élites académicas y la estructura universitaria, ya que va en contra de mis más primeros principios. Además, dada la amplia capacidad que ha tenido el saber de evolucionar en estos últimos, digamos, 300 años, pudiera parecer que ya está todo inventado, máxime cuando la ciencia ficción lleva tiempo sin hablar de nada nuevo, como si hubiéramos ya alcanzado el límite imaginativo y de conocimiento. De pretender que alguien converja en mi teoría, ésta tendría que venir a contar algo nuevo. Y no es que tenga yo impedimento en converger en otras, es que entonces me vería limitado a una higiene cerebral que no pretendo y dependería de mi palabra de no ilustrado para demostrar que no tenía ni idea de que alguien ya lo había pensado, por no hablar de la tremendísima pérdida de tiempo que implicaría haberle dedicado tanto, y esfuerzo, para nada.
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1 de elucubrar ecológicamente, evolucionando
 
2 del pensamiento arborescente, como el crecimiento del óxido de manganeso de la pirolusita en un sustrato calcáreo.
 
3 remítase a la acción de estar aplicando el gerundio en cualquier verbo


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